En la Navidad parece que estamos más cerca los unos de los otros. El hogar recobra su condición primitiva de lugar de afecto, de encuentro y de intimidad, o por lo menos lo intentamos, aunque sabemos que para ello no bastan los turrones, las luces del árbol y el belén. No es fácil conseguirlo, atrapados como estamos todos, hombres y mujeres, por las prisas, el consumo, y el cansancio, y sin embargo…
Y sin embargo, las fiestas de Navidad y de año nuevo esconden un
tesoro: tiempo, y el tiempo es un regalo precioso que hay
que saber usar. Lo que los niños y niñas más desean es que estemos con ellos,
dispuestos a escucharles y a tomarlos en serio.
De modo que el mejor regalo de Navidad, además de los inevitables
juguetes televisivos, es el tiempo.
Tiempo para pasear, para hablar, para jugar, para leer juntos
Los libros son cajas mágicas en
las que las palabras aguardan calladamente una voz que las reviva, por eso
leeremos a nuestros hijos e hijas en voz alta, Ellos y ellas lo recordarán,
como el mejor de los tiempos y el mejor de los regalos.
FELIZ NAVIDAD
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